¿Galgos o podencos?

No fui yo quien escribió la siguiente fábula literaria -al menos no recuerdo haberlo hecho- pero de todas formas, es válida:
Por entre unas matas
seguido de perros
(no diré corría)
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?»
«¿Qué ha de ser? responde.
Sin aliento llego...
Dos pícaros galgosme vienen siguiendo.»
«Sí, replica el otro,
por allí los veo...
Pero no son galgos.»
«Pues ¿qué son?» -«¡Podencos!»
«¡Qué! ¿Podencos dices?»
«Sí, como mi abuelo.»
«Galgos y muy galgos:
bien visto lo tengo.»
«Son Podencos: vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos, te digo.»
«Digo que podencos.»
En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.

Desde hace algunos días, en el Boletín de Información Referativa y Factográfica, que a diario leo, ha venido apareciendo cierto material en torno al "Socialismo del Siglo XXI", referido a Cuba y a diferentes opiniones, visiones y sensibilidades sobre este tema.

Todo parece haber comenzado con la aparición de un artículo del intelectual Heinz Dieterich, cuyo título -"El Partido Comunista de Cuba aprueba investigación sobre el Socialismo del Siglo XXI" Boletín 589- no parecía augurar ningún tipo de enfrentamiento dialéctico. Sin embargo en su contenido, el marxista Dieterich hizo mención a determinados aspectos que no parece haber gustado demasiado a algunas personas en la perla antillana.

Así, Darío L. Machado Rodríguez en otro artículo también referenciado en el mencionado Boletín, bajo el título de "En Cuba rechazamos la práctica de escribir artículos prepotentes dedicados a demostrar lo equivocados que estaban los otros" (Boletín 595) pasó a la descalificación de Dieterich y aseguró -entre otras cosas- que éste se había erigido "en juez de los temas cubanos y ha hecho críticas a los científicos sociales cubanos"; cosa que no parece -al menos para mí- tener demasiada importancia, a menos que los "científicos sociales cubanos" no puedan recibir críticas. Machado por otra parte aseguró que Dieterich no debería vacilar en decir que Cuba es socialista y lo acusó de haber pifiado porque "el que mucho escribe mucho yerra, o no considera socialista a Cuba, en cuyo caso sería interesante que exponga científicamente sus argumentos".

Me resulta extraño que un intelectual como Machado escriba -al menos esa impresión me da a mí- a nombre de los intelectuales cubanos y no a nombre propio, porque desconozco en que cónclave, reunión, asamblea o congreso se le encomendó esa representación.Por otra parte, si se que otros intelectuales cubanos -también referenciados en el ya citado boletín y a título personal- han venido llamando la atención, antes y después del escrito a Dieterich, sobre cuestiones prácticas y concretas a las que se enfrenta la actual sociedad cubana en su seno -que no frente al imperio- y que obviamente invito a repasar; por ejemplo, Félix Sautié (Boletín 583: Ir con los trabajadores es el camino; Boletín 594: "El socialismo del siglo XXI en Cuba. Interrogantes y preocupaciones previas"). Pedro Campos (Boletín 516 "Se abre importante espacio en Cuba, al debate revolucionario"; Boletín 544 Después de los Emilios; Boletín 562 El socialismo es la abolición del trabajo asalariado; Boletín 570: Debería Cuba reconsiderar comercio unidireccional con EE.UU. y avanzar a la autosuficiencia alimenticia; 578 Artículo: Planificación en el socialismo, ¿centralizada o democrática?; Boletín 587: En el Socialismo, ¿democracia directa o democracia representativa?) y Miguel Arencibia Daupés (Boletín 582: CUBA.- Analicemos todos los polvos que devinieron en lodos)

Personalmente me ha gustado - por lo que considero tener los pies bien puestos sobre la tierra- el artículo de Manuel Alberto Ramy, jefe de la corresponsalía de Radio Progreso Alternativa en La Habana, y editor de la versión en español de Progreso Weekly/Semanal, "Cuba y el socialismo del siglo 21", porque a estas alturas del baile, parece muchísimo más conveniente poner manos a la obra que seguir en una discusión poco edificante para dirimir si son galgos o son podencos la actividad de los investigadores sociales cubanos y su participación en los actuales retos que afronta el país.